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viernes, 24 de febrero de 2012

Mirage


Mirage

Altiva y excelsa caminaba por la playa, tomó una caracola y se embelesó con el sonido de las olas lejanas, sus ojos en el horizonte divisaron una extraña barca.
 Tenía sed, el sol desde el cenit, era un disco imponente que a esa hora quemaba implacable.
Gustosa aceptó la copa que aquél muchacho le ofrecía, fresca y adornada con frutos tropicales, su cuerpo hambriento se regodeó con los manjares que sobre aquella mesa había.
Se sintió extasiada con el sonido de un vals, un dos tres, un dos tres, llevó hacia atrás su cabello, que caía cual rumorosa cascada, de las manos de aquel mozo, se deslizó suave y acompasada, se sintió elevada, sus pies, no rozaban el suelo, con los ojos entrecerrados giró y giró.
 Llevó nuevamente la copa a sus labios, el sol quemaba cada vez más, su cuerpo era fuego, ya no transpiraba, y su sonrisa se asemejaba más a una ¿mueca?
Abrió los ojos, observó todo a su alrededor, quiso llorar pero no pudo, se dejo caer lentamente en la ardiente arena, tuvo un estremecimiento y quedo muy quieta…
Así fue como la encontraron.
El sol, el cansancio, la sed y el desierto no perdonan……

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