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viernes, 24 de febrero de 2012

Javier


Entró como tromba, llevándose todo por delante.
-¡Para loco!... ¿Qué haces?
-¡La ví!, ¡Es preciosa!
¡Me sorprendió!, nunca lo había visto así, gesticulaba, todo su ser sonreía.
Me la describió con lujo de detalles.
Estaba enamorado, claro para el, ella irradiaba sensualidad, ansiaba tenerla, poder acariciarla, frenético no paraba de hablar.

Quise explicarle, “Mira Javier vos tendrías que entender, que no estas preparado, ademas fíjate tus limitaciones, en donde vivís, que va a decir tu familia.”
El no me escuchaba, solo pensaba en ella, hacia planes, donde la llevaría, su mente divagaba y no me prestaba atención, estaba feliz.
Pobre Javier, nunca había tenido una tortuga.

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